La ciudad
castellano-leonesa de Burgos, enclavada en el Camino de
Santiago, conserva importantes vestigios de su esplendor
medieval. La que fuera capital del reino unificado de Castilla
y León durante cinco siglos, ostenta una de las obras cumbre
del gótico español, su Catedral, declarada Patrimonio de la
Humanidad. Además de acercarnos al casco histórico de Burgos,
podemos conocer su provincia a través de interesantes rutas
por las riberas de los ríos Duero y Arlanza. Buenos lugares
para interesarnos por una gastronomía rica y variada.
A pocos
kilómetros del yacimiento prehistórico de Atapuerca,
Patrimonio de la Humanidad, se encuentra la ciudad de Burgos,
atravesada por el río Arlanzón. Fundada como burgo militar,
poco a poco se fue convirtiendo durante la Edad Media en una
urbe mercantil de gran poderío económico. A este desarrollo
contribuyó el hecho de ser capital del reino unificado de
Castilla y León (entre los siglos X y XV), su situación
privilegiada en el Camino de Santiago y su
monopolio sobre el comercio de la lana merina. Todo este
esplendor ha dejado una profunda huella en el Burgos actual.
A los pies del amurallado
cerro del Castillo, desde cuyos restos se
tiene una de las mejores perspectivas de la ciudad, se
despliega el antiguo barrio medieval. Aquí destacan el Arco de
San Esteban, de estilo mudéjar, y la iglesia gótica del mismo
nombre, que alberga el Museo del Retablo. Otro importante
templo es el de San Nicolás, donde contemplaremos un magnífico
retablo de alabastro policromado.
Patrimonio de la
Humanidad
Pero sin duda, la pieza cumbre
de la arquitectura burgalesa es su Catedral,
declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Levantada sobre una factura románica, la actual construcción
se realizó siguiendo el modelo gótico franco-normando. Las
filigranas de las agujas de las torres y del volumen exterior
de la Capilla del Condestable son algunas de sus obras
maestras. Tanta belleza y genialidad constructiva dan paso, en
su interior, a una larga lista de obras excepcionales: la
cúpula estrellada que cubre las tumbas del Cid y Doña Jimena,
el coro, los sepulcros, y la Escalera Dorada del arquitecto y
escultor burgalés Diego de Siloé, una de las figuras más
representativas del Renacimiento español.

La arquitectura civil de la
ciudad tiene bellos ejemplos en la Casa de Miranda y la Casa
de Angulo, cuyos edificios albergan el Museo de Burgos, que
cuenta con importantes colecciones arqueológicas y de Bellas
Artes. Pero la casa más destacada de Burgos es la Del
Cordón, donde los Reyes Católicos recibieron a
Cristóbal Colón tras su segundo viaje a tierras americanas.
A ambos extremos del casco
histórico de Burgos se encuentran dos importantes
construcciones. Hacia el oeste se levanta el Real
Monasterio de las Huelgas Reales, en el que destacan
su claustro gótico y la capilla del Apóstol Santiago. A su
lado, el Museo de Ricas Telas expone, entre otras cosas, el
histórico estandarte arrebatado a los árabes en la Batalla de
las Navas de Tolosa (año 1212). Al este de la capital, en la
Cartuja de Miraflores encontramos un
impresionante retablo policromado, entre otras obra
artísticas. Cuenta la tradición que fue dorado con el primer
oro que llegó a España tras el Descubrimiento del América.
Burgos al
completo
La localización privilegiada de
la capital de Burgos pone a disposición del visitante toda una
provincia recorrida por interesantes rutas, que nos acercarán
al corazón castellano-leonés. Una de ellas es la que, desde
Burgos, recorre la ribera del río Arlanza, y
nos descubre iglesias y conventos medievales, castillos
feudales y palacios renacentistas. Estas joyas de la
arquitectura burgalesa se encuentran en las localidades de
Lerma, Santo Domingo de Silos y Quintanilla
de las Viñas.
La provincia de Burgos se
encuentra atravesada por el Camino de Santiago,
ruta de peregrinación declarada Patrimonio de la Humanidad. Se
trata de un itinerario artístico y cultural cuajado de
iglesias, ermitas y hospitales de peregrinos, repartidos en
localidades como Belorado, Villafranca Montes de Oca o
Castrogeriz.
La Ribera del Duero,
cuna de una de las más afamadas Denominaciones de Origen de
vino, nos sorprende con poblaciones de fuerte sabor histórico.
Aranda, Peñaranda y Roa (todas de Duero) nos brindan relieves
góticos, artesonados renacentistas e interesantes bodegas.
La arquitectura popular se
despliega entre tupidos valles, altiplanos y
páramos. Multitudes de poblaciones donde, además de apreciar
su patrimonio artístico y cultural, nos ofrecen la posibilidad
de practicar deportes de bajo impacto medioambiental. Miranda
del Ebro, Treviño o Villasana de Mena, son buenos ejemplos.
Y si algo tienen en común todas
estos lugares es su fuerte personalidad gastronómica.
La mesa burgalesa se nutre de una gran riqueza de productos de
la tierra como legumbres, embutidos curados, caza... Cordero
lechal al horno de leña, truchas escabechadas, o bacalao
guisado, componen los segundos. Y de postre, yemas (con azúcar
y yemas), queso fresco con nueces y miel, o almendras
garrapiñadas (envueltas en caramelo). Todo ello, regado con
los afamados vinos de la Denominación de Ribera del Duero.
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