Costa:
Playas y puertos |
Más conocida como la
carretera de la Costa, la N-634 nos permitirá conocer la conjunción
de azules y verdes que caracteriza al litoral guipuzcoano. Si
partimos de Donostia-San Sebastián en dirección Oeste, atravesaremos
Usurbil y Aginaga, famosa por sus angulas, antes de llegar a Orio ,
localidad pesquera en la que se vive con pasión el deporte del remo.
Entre Orio y Zarautz hallaremos la desviación a Aia, puerta de
acceso al parque natural de Ernio-Pagoeta. |
Zarautz , que durante
años revalizó con San Sebastián como lugar de veraneo, dispone de
una enorme playa en la que bañarse o practicar surf. En su
arquitectura destacan Torre Luzea y el palacio de Narros.
La siguiente localidad por la costa es Getaria , cuna de Juan
Sebastián Elkano y el modisto Cristobal Balenciaga, lo que se plasma
en un monumento y un museo, respectivamente. La iglesia parroquial
de San Salvador, situada sobre un solar irregular desde el siglo XV,
merece la visita, antes o después de reponer fuerzas bebiendo
txakoli y tomando pescado en alguno de los muchos asadores. |
La costa continúa con
Zumaia , una extensa localidad con dos playas, un puerto deportivo y
dos museos de sendos artistas, Ignacio Zuloaga y Julio Beobide. Ya
camino de Deba, en el Alto de Itziar habrá que detenerse para
visitar el santuario de Nuestra Señora de Itziar. En la playera Deba
pasearemos entre los árboles de la Alameda de Fermín Calbetón y
entraremos en la iglesia de Santa María la Real, monumento nacional.
La localidad más occidental de la costa guipuzcoana es Mutriku ,
población pesquera a la que pertenece la playa de Saturrarán. |
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Valle
del Deba: Monumentos interiores |
El valle del río Deba
combina zonas más industrializadas con mágicos espacios
monumentales. La ruta parte, lógicamente, de Deba , en la
desembocadura del río, para ir remontándolo siguiendo la N-634 y, a
continuación, la carretera GI-627. Mendaro , afamada por su fábrica
de chocolates, será la primera localidad que atravesemos. Ya en
Elgoibar podremos admirar la torre barroca de la iglesia de San
Bartolomé o el Ayuntamiento. |
Tomando en Soraluze la
GI-627 alcanzaremos Bergara , villa monumental en cuyo casco
histórico se acumulan torres, iglesias como las de San Pedro o Santa
Marina de Oxirondo y casas solariegas. Su lugar más emblemático es
la plaza de San Martín, donde se encuentran el Real Seminario de
Bergara, referencia para el mundo científico en el siglo XVIII, el
Ayuntamiento barroco y el palacio Jauregi.
Siguiendo en dirección a Arrasate-Mondragón, nos desviaremos por la
GI-2630 para alcanzar Oñati , que fue señorío independiente hasta
mediado el siglo XIX. Oñati ofrece todo un muestrario
arquitectónico, desde el gótico de la iglesia de San Miguel hasta el
equilibrado renacentismo de su Universidad del Sancti Spiritus, otra
señera institución cultural.
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La carretera GI-3591
nos subirá por la falda de la sierra de Aitzgorri hasta alcanzar un
espacio mágico. En un barranco surgen tres torres de piedra caliza
labradas en puntas. Levantado en los años 50 sobre la primitiva
iglesia, en el Santuario de Arantzazu participaron el arquitecto
Sáinz de Oiza y los artistas Jorge Oteiza (esculturas de la
fachada), Eduardo Chillida (puertas), Lucio Muñoz (retablo) y Néstor
Basterretxea (pinturas de la cripta). Un monumento religioso con
estética vanguardista. |
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El
valle del Urola: Piedra, madera y hierro |
Partiendo de Zumaia,
remontaremos el curso del río Urola tomando la carretera GI-631.
Pronto nos encontraremos con Zestoa , donde a finales del siglo XIX
y comienzos del XX se reunía la aristocracia europea atraída por sus
aguas termales. Además del Hotel Balneario de Cestona, hay que
visitar allí el palacio de Lilí. |
Carretera arriba
alcanzaremos Azpeitia, a los pies del macizo de Izarraitz. Niños y
mayores disfrutarán entre las locomotoras y vagones del Museo Vasco
el Ferrocarril. La casa Antxieta y la iglesia de San Sebastián de
Soreasu son otros puntos destacados de Azpeitia, que en una
explanada camino de la vecina Azkoitia cuenta con uno de los grandes
monumentos de Gipuzkoa, el Santuario de Loiola . Fue construido
entre los siglos XVII y XVIII en honor a San Ignacio de Loiola,
fundador de la Compañía de Jesús, cuya casa natal está integrada en
el conjunto monumental. Este está presidido por una basílica barroca
de planta circular con una grandiosa cúpula. Azkoitia , muy cerca,
tiene un hermoso casco medieval y una destacada iglesia parroquial,
la de Santa María la Real. |
Siguiendo la GI-631
que bordea el Urola, alcanzaremos Zumarraga . Su ermita románica de
Santa María, más conocida como La Antigua, es considerada como “la
catedral de las ermitas vascas”. Atención a la compleja estructura
de madera que sujeta su cubierta y a la talla gótica de la Virgen
con el Niño.
Tras visitar Zumarraga y su vecina Urretxu, la última parada de la
ruta será en Legazpi . La localidad se ha esforzado en recuperar la
primitiva actividad ferrona del valle, poniendo en funcionamiento la
ferrería de Mirandaola, junto a la ermita de la Santa Cruz.
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Tolosalde: La ruta del Txindoki |
La imponente silueta
del monte Txindoki preside esta ruta, que recorre Tolosaldea, la
comarca de Tolosa, hasta adentrarse en el Goierri.
Iniciamos el camino paseando por Tolosa , que tiene uno de los
mayores cascos antiguos de Gipuzkoa, territorio del que ostentó la
capitalidad. De aquel destacado papel administrativo le quedan dos
casas consistoriales, el palacio de la Diputación y casas palaciegas
como las de Idiakez o Andia. El mercado del Tingladillo es otro
punto de referencia en esta villa de intensa actividad cultural
atravesada por el río Oria.
Siguiendo la N-1 llegaremos a Alegia , con su puente medieval
Zubizarra y su iglesia de San Juan Bautista, que guarda un
interesante Cristo gótico.
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Desde Alegia tomaremos
la GI-2133 para acercarnos a los pueblos situados al pie del monte
Txindoki: Amezketa , ejemplo de arquitectura popular en que destaca
la iglesia de San Bartolomé, y, a más altura, Abaltzisketa , con la
iglesia de San Juan Bautista, que dispone de un pórtico románico. En
el entorno de Abaltzisketa se sitúa la sencilla ermita de Nuestra
Señora de Larraitz o de los Remedios, que a su valor religioso une
el ser punto de partida de diversos senderos para los más
montañeros. Disponiendo de tiempo y forma, merece la pena organizar
una ascensión al monte Txindoki (1.340 metros), emblemática cumbre
del parque natural de Aralar. |
Otra población rural,
Zaldibia –donde degustar mondejus (morcillas de oveja)– nos espera
si retomamos la GI-2133, que nos conducirá hasta Ordizia , término
de esta ruta e inicio de la siguiente que proponemos.
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Goierri: Las tierras altas |
Delimitada por las
sierras de Aizkorri y Aralar, la comarca del Goierri combina algunos
núcleos industriales con amplias áreas que conservan el auténtico
sabor rural. Comenzamos en la zona más poblada, la conurbación que
forman dos localidades ya unidas en el mapa, Ordizia y Beasain. |
Ordizia es famosa por
su mercado de los miércoles, pero también merece apreciarse su casco
viejo, conjunto histórico-monumental en el que descollan los
palacios de Zabala y Barrena, el monumento a Urdaneta o la
casa-torre de Muxika. En Beasain no hay que dejar de visitar el
conjunto monumental de Igartza, que consta del palacio de los
señores de Igartza y de las típicas instalaciones del Antiguo
Régimen: viviendas para artesanos, un molino hidráulico, una
ferrería,...
En dirección al puerto de Etxegarate hallaremos la pequeña localidad
de Idiazabal , con su monumento al pastor, y la desviación hacia
Segura . Fundada en 1256, conserva su valioso casco medieval, que en
Semana Santa es recorrido por una de las pocas procesiones que
perviven en Gipuzkoa.
En las proximidades de Segura merece la pena buscar Zerain , un
pequeño pueblo que por medio de un museo etnográfico y una serrería
hidráulica restaurada muestra los modos de vida tradicionales.
Además, Zerain conserva en su barrio de Aizpea los restos de un
complejo minero de tiempos de los Reyes Católicos.
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De vuelta a Segura,
las carreteras GI-3571 y GI-3572 nos conducirán hasta Ormaiztegi ,
villa natal del general carlista Tomás de Zumalakarregi, a quien
está dedicado un museo que se acerca a las transformaciones
experimentadas por la sociedad vasca durante el siglo XIX. El
espectacular viaducto de hierro obra de Lavaley, aunque atribuído
durante un tiempo a Eiffel, es una de las imágenes de Ormaiztegi. |
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Valle
de Errezil: Las faldas de Ernio |
Con la silueta del
monte Ernio como telón de fondo, el valle de Errezil o Régil ofrece
una sucesión de suaves colinas, blancos caseríos, pastos y pequeños
pueblos rodeados de naturaleza. Para adentrarnos en la zona habremos
de partir desde la costera Zumaia y tomar en Azpeitia la GI-2634. |
Entre mucho verdor nos
aguarda Errezil , capital del valle, donde observar la iglesia de
San Marín y el Ayuntamiento del siglo XIX. La carretera nos elevará
hasta el puerto de Bidania , en cuyo entorno se sitúa el conocido
como Balcón de Gipuzkoa. Sus vistas son espectaculares, puesto que
desde él se domina todo el valle y el macizo del Ernio.
Descubriremos a continuación Bidegoian , con su palacio neoclásico
de Iriarte, levantado en el siglo XVIII, y la iglesia de San
Bartolomé.
Bajando el puerto de Aldaba sería conveniente tomar la desviación
hacia Albiztur , otro bonito pueblo, en el que prestar atención al
Ayuntamiento y a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Retrocediendo un poco accederemos a la GI-3720, que nos conducirá a
Beizama , que conjuga con sencillez atractivos naturalísticos,
culturales y arquitectónicos. En este último capítulo hay que
reseñar la torre de la iglesia parroquial de San Pedro y el
Ayuntamiento barroco.
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Pasado Nuarbe, nos
detendremos en Urrestilla , cuya iglesia de La Asunción data del
siglo XVI y cuenta con un destacado pórtico en madera. Pronto
alcanzaremos la más populosa Azpeitia.
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Oarsoaldea: A un paso de Donostia |
Entre un paisaje
humanizado, la bahía de Pasajes, y otro natural, Aiako Harria, la
comarca de Oarsoaldea ofrece contrastes y atractivos que merecen ser
considerados como algo más que una prolongación de la capital. |
De Donostia-San
Sebastián partiremos para dejarnos sorprender por la bahía de
Pasajes. Su distrito de Pasajes San Pedro es el más marinero. El de
Pasajes Ancho, al que la N-1 separa de las grúas del puerto, el más
urbano. Y Pasajes San Juan o Pasai Donibane, el más bonito. Hasta él
puede accederse utilizando el servicio de barcas motoras desde San
Pedro o rodeando la bahía y pasando por Lezo . Allí destaca la
iglesia de San Juan Bautista y, sobre todo, la basílica del Santo
Cristo, un templo del camino de Santiago en el que llama la atención
su Cristo crucificado, uno de los tres del mundo representados sin
barba.
Pasajes San Juan es un conjunto de construcciones encajonadas entre
la bahía y las estribaciones del monte Jazikibel. Una única calle,
que pasa bajo cuatro viviendas, la atraviesa. En este lugar que
maravilló a Víctor Hugo podemos tomar buen pescado en sus
restaurantes, subir hasta la iglesia de San Juan Bautista, donde
reposa el cuerpo incorrupto de Santa Faustina, o conocer las
primitivas técnicas para construir barcos en Ontziola, el Centro de
Investigación y Construcción de Embarcaciones Tradicionales.
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De regreso, pasando
Lezo, nos detendremos en la populosa Errenteria , con su animada
calle Biteri, sus casas medievales de la Calle del Medio o su
Ayuntamiento del siglo XVII. Desde Errenteria podemos subir al
Fuerte de San Marcos , desde el que se domina toda la comarca.
Por la GI-2134 accederemos a Oiartzun , una población diseminada en
varios barrios de la que parte la carretera GI-3631, que nos
conducirá hasta el parque natural de Aiako Harria (Peñas de Aia),
que junto a sus valores paisajísticos y naturales ofrece un
llamativo número de monumentos megalíticos: cromlechs y dólmenes.
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Bidasoa: Asomados a la bahía del Txingudi |
Hondarribia, Irún y,
al otro lado de la frontera, Hendaia, se asoman a la bahía de
Txingudi, en la desembocadura del río Bidasoa. Un espacio con
personalidad propia al que accederemos a través del monte Jaizkibel. |
Para ello, desde
Donostia-San Sebastián nos dirigiremos hasta Lezo, que atravesaremos
en dirección Pasajes San Juan para tomar la GI-3440, la carretera
que recorre el monte Jaizkibel . Este monte costero del Noroeste de
Gipuzkoa es una gran atalaya desde la que contemplar en calma tanto
el mar Cantábrico como las poblaciones que rodean Jaizkibel. Algunos
caseríos y vestigios de pasados usos militares jalonan su sucesión
de colinas. Ya bajando hacia Hondarribia, nos detendremos en la
ermita de Guadalupe , donde se venera una imagen mariana desde el
siglo XVI y se disfruta de una buena panorámica sobre la bahía de
Txingudi.
Hondarribia o Fuenterrabía es una localidad llena en verano e
interesante todo el año. Su nuevo puerto deportivo ha cambiado la
fisonomía de su playa. Sigue siendo una gozada recorrer el espigón y
todo el paseo de Butrón, que da a Txingudi. El barrio de La Marina,
con sus coloristas casas de pescadores, es centro de animación. Todo
el casco antiguo amurallado, declarado monumento nacional, deslumbra
por su acumulación de casas blasonadas o entornos como el del
castillo del emperador Carlos V, hoy parador nacional.
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Irún , en el interior,
es una ciudad comercial en la que visitar el Museo-Ermita de Santa
Elena, que conserva una restos de una necrópolis romana, y Ficoba,
el recientemente abierto recinto ferial con vocación transfronteriza. |
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