Tras
ser un emporio militar bajo el Imperio romano, Segovia
vive su época de esplendor durante la Edad Media, al
convertirse en lugar de residencia de la corte de los
Trastámara y ser un importante centro de actividad
ganadera y textil. A este periodo se debe la construcción
de un elevado número de edificios románicos, riqueza
patrimonial que aún se conserva.
La puerta de entrada al
casco histórico de Segovia es el Acueducto romano,
en la plaza del Azoguejo. Esta joya de ingeniería,
construida bajo la Roma imperial (s. I), transportaba agua
a la ciudad alta desde 15 kilómetros de distancia. Sus 163
arcos y sus 29 metros de altura, en su punto más alto, se
sustentan gracias a sillares de piedra de la Sierra de
Guadarrama sin argamasa, plomo o mortero.
La Segovia
Intramuros
La ciudad intramuros nos
reserva importantes construcciones medievales y
renacentistas, como la Casa de los Picos,
la Alhóndiga o el Torreón de los Lozoya. El primero de
estos monumentos data del siglo XV y su fachada decorada
con puntas de granito acoge actualmente a la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios. La Alhóndiga, un antiguo
granero gótico, y el Torreón, estructura defensiva del
siglo XIV, se dedican hoy a exposiciones culturales.
Hasta llegar a la Plaza
Mayor y la Catedral, llamada “la dama de las catedrales”,
debemos detenernos en importantes templos religiosos. En
la plaza de Medina del Campo se alza la
iglesia de San Martín, donde los elementos mozárabes,
románicos y mudéjares se despliegan por arquerías y
capiteles. La antigua judería segoviana debía asentarse en
un sector próximo a las murallas, ya que el Convento del
Corpus Christi se levanta sobre una antigua sinagoga. Por
su parte, San Miguel fue el lugar elegido para la
coronación de Isabel la Católica como Reina de Castilla.
A un paso de la Plaza Mayor
porticada encontramos uno de los últimos edificios góticos
levantados en España, la Catedral.
Empezada a construir en el siglo XVI en gótico tardío, en
su factura destacan algunas piezas de la catedral vieja
como un claustro gótico hispano-flamenco, la sillería del
coro y la fachada principal. De datación más reciente son
la puerta de San Frutos, el ábside, el retablo mayor (obra
de Sabatini en estilo barroco) y el trascoro neoclásico de
Ventura Rodríguez. En las capillas menores podemos
observar esculturas de Juan de Juni y Gregorio Hernández.
Estos nombres propios pertenecen a algunos de los mayores
artífices del barroco y el neoclásico español. El Museo
Catedralicio nos ofrece también una importante colección
de arte religioso de diversas épocas históricas.
El barrio de los
Caballeros también se encuentra intramuros. Aquí
se dan cita ricas casonas y palacios de familias
nobiliarias como los palacios de los Floresta, Conde
Cheste o Uceda-Peralta. Numerosos templos románicos se
reparten por este barrio, como la iglesia de San Juan de
los Caballeros (que alberga el Museo Zuloaga), San Nicolás
(hoy Taller Municipal de Teatro) o San Esteban,
construcción del siglo XIII cuya torre y atrio son una de
las joyas del románico tardío español. Entre bellas
muestras de la arquitectura militar medieval, como son la
Torre de Hércules y el Torreón de Arias Dávila, se alza la
iglesia de la Trinidad, uno de los vestigios románicos
mejor conservados de la ciudad.
Y en un extremo de este
recinto amurallado, se perfila sobre un cortado el
Alcázar, tras los jardines de la Reina Victoria
Eugenia (en este enclave se alzaba la catedral vieja). En
su exterior impresiona el conjunto formado por una torre
de 80 metros y doce torrecillas más, y su foso defensivo.
Diversos patios, salones y estancias pueden visitarse, e
incluso subir a lo alto de la torre almenada y admirar el
paisaje segoviano.
La Segovia
extramuros nos ofrece un itinerario entre plazas,
jardines y numerosas construcciones románicas. Así,
podemos acercarnos a la iglesia de San Millán, una de las
mejores muestras del arte segoviano del siglo XII, con su
torre mozárabe, su atrio y sus ábsides. Por su parte,
destacan en San Clemente su ábside de arcos ciegos y en
San Justo unas excepcionales pinturas románicas. Para
conocer uno de los mejores artesonados mudéjares de
Segovia tenemos que dirigirnos al monasterio de San
Antonio el Real, antigua residencia de verano del rey
Enrique IV. Aquí podremos admirar también piezas flamencas
del siglo XV, mobiliario, libros, ropajes y esculturas de
la época.
También en Segovia podemos
visitar la Casa-museo del escritor Antonio Machado y el
Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, pintor de
renombre internacional.
Fuera del casco urbano
segoviano nos esperan las iglesias de San Lorenzo
(románica con torre mudéjar) y de la Vera Cruz (de planta
poligonal de origen templario) y los monasterios de Santa
Cruz la Real (en estilo gótico isabelino) y de El Parral
(perteneciente al gótico florido).
Segovia al
completo
La provincia de Segovia nos
ofrece diversas rutas para conocer su historia, su arte y
su cultura. El palacio de La Granja de San Ildefonso, el
Centro de Interpretación de la Naturaleza de Valsaín y el
palacio y bosque de Riofrío son algunos de los puntos de
interés de la Ruta de los Reales Sitios.
La Ruta del Mudéjar nos pondrá en
contacto con este peculiar estilo artístico en lugares
como Santa María la Real de la Nieva, Coca o Cuellar. Otro
de los mayores atractivos de Segovia es su Ruta de
los Castillos, en la que además de la
arquitectura defensiva de Turégano y Castilnovo podemos
visitar las localidades de fuerte sabor medieval de
Fuentepelayo y Sepúlveda. El Parque Natural de las Hoces
del Río Duratón y su iglesia de Santiago nos mostrarán
excepcionales paisajes. Y para acercarnos a la
arquitectura popular, nada mejor que realizar la
Ruta de los Pueblos Serranos, que nos llevará a
Sotosalbos, Pedraza y Riaza.
Cualquier punto de la
provincia es un buen lugar para degustar la cocina
segoviana. Los judiones de La Granja, la sopa
castellana (de ajo y pan) y los asados de cochinillo y
cordero, se suman a calderetas (guisos de carne) y platos
de caza. El chorizo de Cantimpalo tiene merecida fama, al
igual que el ponche segoviano. Los vinos de la
Denominación de Origen Ribera del Duero acompañarán a
estos manjares.
El restaurante del
Parador de Turismo de Segovia nos ofrece una
amplia carta en la que podemos probar alguno de estos
platos, preparados en horno de leña. Sus modernas
instalaciones nos brindan una de las mejores vistas de la
ciudad.