Han pasado de ser un sinónimo de lujo a ser considerados como una
opción al alcance de todos, con terapias muy beneficiosas para el
organismo. El método SPA en origen significa ‘cura de agua’ y su
funcionamiento se centra en la aplicación de agua a diferentes
presiones y temperaturas, según cuál sea el efecto que se desea
conseguir. Por lo general, estos tratamientos suelen
complementarse con otras modalidades como masajes, aromaterapia
con aceites esenciales e incluso aplicación de algas o
reflexología podal. El método a seguir suele ser la realización de
‘circuitos’, recorridos ya planificados y que no suelen exceder
las dos horas de duración. Lo más recomendable es realizar un
estudio médico previo y que posteriormente un fisioterapeuta
planifique cuáles son las necesidades personales. Están
especialmente indicados en casos de dolencias deportivas, artritis
y artrosis, patologías de la espalda, problemas dermatológicos y
como alivio de dolores crónicos. Sin embargo, no se recomienda si
se padecen enfermedades infecciosas, problemas cardíacos o si es
una persona con tensión arterial baja, porque pueden sufrir
lipotimias debido a las altas temperaturas.
Efecto terapéutico
Los contrastes de frío-calor que se
aplican y el efecto del agua a presión sobre el cuerpo tienen
efectos beneficiosos en el organismo ya que favorecen la
circulación sanguínea, realizan un masaje sedante que potencia la
relajación muscular y favorecen el alivio de tensiones,
generalmente localizadas en zonas como la espalda y las
cervicales. A diferencia de los balnearios, que utilizan aguas con
propiedades medicinales y curativas, los SPA se sirven de agua
corriente para sus terapias y la diferencia consiste, básicamente,
en las distintas modalidades a través de las cuales se aplica este
agua. Además, en estos centros no existe seguimiento médico, sino
que ofrecen tratamientos terapéuticos y estéticos. Por lo general,
los más demandados son los que tienen que ver con el relax,
tratamientos antiestrés para combatir el desgaste diario en las
actividades cotidianas. Es sabido que si estas situaciones de
tensión se alargan en el tiempo, pueden acabar produciendo
problemas cardíacos y un incremento de la tensión muscular que, en
ocasiones, puede generar contracturas.
Aunque estos centros tienen en común
el ofrecer circuitos con efectos relajantes sobre el organismo por
medio del agua, al tratarse de un fenómeno relativamente reciente
pueden encontrarse SPA que combinan servicios diversos: en
ocasiones forman parte de un gimnasio y en otras pueden ser
centros de estética que ofrecen tratamientos de hidroterapia. Los
circuitos pueden ir desde el básico, con una finalidad relajante y
que suele combinarse con tratamientos de algas y un masaje para
finalizar, hasta el reafirmante, que incluye baño turco, chorros a
presión e hidromasaje con sales, entre otros servicios. También
pueden realizarse circuitos antiestrés, de adelgazamiento y
desintoxicantes, con masajes subacuáticos, envolturas de algas y
chorros a presión.
El hecho de que este tipo de
tratamiento se haya popularizado, ha favorecido también el que sus
costes sean actualmente más accesibles. Además, la mayor parte de
los SPA ofrecen la posibilidad de adquirir bonos con precios
variables en función de los tratamientos que incluyan.
Tratamientos preferidos
Por lo general, las preferencias se
decantan por la ducha Vichy, que consiste en un masaje general que
se recibe bajo chorros de agua a diferentes presiones. El paciente
está tumbado en una camilla y sobre ésta hay microchorros de agua
templada. Es muy sedante, eficaz en el tratamiento de reumatismos
y durante el masaje pueden aplicarse barros o algas, lo que hace
que este tratamiento sea especialmente gratificante.
Otra de las terapias más demandadas es
la ducha escocesa, consistente en aplicar chorros a diferente
presión y alternando agua fría y caliente, desde los pies y hasta
la cabeza del paciente. De esta manera se activa la circulación,
se tonifica el cuerpo y se consigue un efecto reafirmante sobre la
piel.
Por otra parte, tanto los masajes como
las aplicaciones de algas o barros sobre el cuerpo, suelen
utilizarse como terapias complementarias para activar la
circulación, aliviar dolores e incluso mejorar patologías de la
piel, en el caso de las mascarillas.
Como complemento a esta hidroterapia,
los SPA suelen ofrecer además, tratamientos de estética basados en
ingredientes naturales. La aromaterapia, técnica en la que se
aplican aceites esenciales es, sin duda, la preferida por los
clientes de estos centros, aunque también hay gran demanda de
tratamientos exfoliantes a base de algas y otros para suavizar la
piel y rehidratarla.
|